El papel, desde que se consigue la materia prima para su fabricación hasta que llega al consumidor final, pasa por una serie de procesos mecánicos y técnicos que le confieren su resultado final. En función del aspecto que se quiera alcanzar, nuestros papeles pasarán por diferentes fases que lo variarán hasta conseguir acabados suaves, gomosos, gofrados, brillantes, mates, estampados, etc. Estos procesos están en constante evolución para adaptarnos a las necesidades de nuestros clientes y a las más altas exigencias del mercado, aunque la forma de producción no ha cambiado mucho a lo largo de los años.

Tras la obtención de celulosa gracias a la madera de los árboles (proceso que no detallaremos en este post ya que, generalmente, lo realizan empresas externas a las fábricas), se inicia la fabricación del papel con las fibras conseguidas. En Guarro Casas sólo usamos pulpa que provenga de bosques controlados para esta finalidad, con el objetivo de evitar la deforestación del planeta, asegurar que se ha producido de forma sostenible y cuidar el medio ambiente.

Preparación de la pasta de celulosa

Una vez se han conseguido las astillas de los troncos de los árboles, se preparan unas placas de celulosa, que recuerdan a folios de gran tamaño y grosor, con los que posteriormente se fabricará la pasta de este material. De hecho, la celulosa no deja de ser la madera del árbol, de la cual se han separado las fibras y se han blanqueado. Nuestros papeles están hechos en su mayoría con un porcentaje elevado de fibra larga, que les confiere unas elevadas prestaciones mecánicas.

Así, las placas de celulosa que llegan a la fábrica se introducen en el pulper, junto con agua que ayudará a remojarlas y deshacerlas. Se trata de un recipiente de gran tamaño, que se podría comparar con una batidora gigante, ya que contiene una hélice en el fondo que remueve el contenido y mezcla los ingredientes que se introducirán en la máquina. De este modo, se integran ambos elementos hasta conseguir una mezcla homogénea y adecuada, ya que esta pasta será la base para crear los folios de papel.

Separación de fibras y adición del color

Una vez sale del pulper, la masa pasa por una tina holandesa donde se le añade más agua a la composición. De este modo, las fibras de celulosa se separan aún más y se acaba de homogeneizar la mezcla. Para dar una tonalidad concreta a esta pasta, pasa por una segunda tina holandesa, donde se le añade el color preparado por separado en otra tina muy profunda. En ella, mediante una gran hélice se mezclan los colorantes necesarios para conseguir el resultado final deseado.

En nuestro proceso productivo utilizamos aditivos y colorantes de alta calidad para lograr unos resultados excepcionales en cuanto a luminosidad de los colores, el aspecto homogéneo de los mismos y su resistencia a la luz, entre otros factores.

 

Zona de formación 

Una vez terminada la masa, entra en la máquina de producción del papel. A través de una caja de llenado, la mezcla creada se desborda a modo de cascada y se vierte sobre la mesa de formación. Esta mesa está en movimiento y, tal y como se depositan las fibras sobre ella, define la dirección de la fibra del papel. Las futuras manipulaciones del material deberán hacerse considerando esta dirección de fibra, y será fundamental para garantizar un buen trabajo y asegurar las mejores propiedades mecánicas y estéticas en el resultado final.

En una primera fase, la pasta resultante tras la salida de las tintas se coloca en sobre la cinta de formación, que consiste en una malla metálica por la que cae el agua que rebosa de la mezcla. Además, unos aspiradores colocados en esta zona succionan el líquido para que, a medida que avanza por esta parte de la máquina, se vaya eliminando el máximo de agua sobrante posible.

 

Zona de secado 

Para seguir restando humedad al papel, la masa (ya más compacta) llega a la zona de secado. La máquina en esta zona está formada por una serie de bayetas o fieltros de grandes dimensiones que retiran el agua gracias a su absorción; así como por unos cilindros, metálicos y calentados desde el interior con vapor, que cuando tocan el papel lo acaban de secar.

La producción de papel no termina con el secado del material, ya que todavía debe pasar por procesos que aplican tratamientos superficiales al papel, controlan su calidad y lo preparan para el mejor resultado final. En el próximo post, podrás conocer estas últimas fases hasta la llegada del material al cliente.

Marca

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Material

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Gofrado

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Gramaje