Los mares y océanos del planeta reciben hasta 12 millones de toneladas de basura al año, entre ellos 800 kilogramos de plásticos diarios, que pueden tardar cientos de años en desaparecer, lo que supone entre 5-50 billones de fragmentos de plástico, según datos de Greenpeace. Dadas estas cifras tan elevadas, y unidas a las muertes de animales por ingesta de este material y a la existencia de islas de plástico en el océano, es imprescindible que los sectores industriales que usan grandes cantidades de este material, como el del packaging, busquen alternativas menos perjudiciales con el entorno. Con este objetivo, surge la necesidad de recuperar el papel como alternativa al plástico en todo tipo de embalajes, ya que se trata de un material más ecológico, biodegradable y sostenible.

 

Beneficios del papel

A diferencia de los plásticos, el papel proviene de la madera, un material 100% orgánico que se descompone y es asimilado sin afectar al medio ambiente. Si, además, se usan papeles de calidad como los de Guarro Casas, fabricados de manera ecológica, usando energías renovables, pigmentos orgánicos que no contienen materiales pesados dentro de un proceso que intenta reducir al mínimo su impacto medioambiental, el papel se convierte en la opción del siglo XXI.

Para ello, el ecodiseño debe convertirse en el eje central en la sustitución del plástico por el papel. Para cumplir con este concepto, las empresas deben centrarse en la elaboración de productos a partir de materias más sostenibles y ecológicas, de forma que se reduzca al mínimo su impacto en el medio ambiente en todo su ciclo vital. Es decir, no solo teniendo en cuenta su fabricación sino también su uso y su futura eliminación.

Más papel no debe suponer más deforestación

Las voces en contra del papel se han respaldado en la deforestación que tradicionalmente ha producido la obtención de la celulosa. Pero un aumento del uso de este material para la producción de embalajes no necesariamente debe comportar más árboles talados para librarnos del plástico. Todo lo contrario: cada vez más, el papel consumido en España y en el mundo tiene su origen en plantaciones controladas con este fin estricto. De hecho, según datos recogidos en la base de datos del Banco Mundial, el porcentaje de área forestal en España ha aumentado del 31,07% en 2005 al 36,8% en 2015.

El compromiso de la industria papelera se reafirma con la última actualización de la Memoria de Sostenibilidad elaborada por la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (ASPAPEL), entre cuyos socios se encuentra Guarro Casas. Este documento indica que el 98% de lamadera que se utilizó en 2016 en España para la fabricación de papel se cultivó en plantaciones locales, concretamente de pinos y eucaliptos.

Concienciados sobre todos estos conceptos, los papeles de Guarro Casas cuentan con la certificación FSC, que indica que la pulpa proviene de bosques sostenibles, se fabrican en base acuosa sin metales pesados. Además, todos nuestros materiales son reciclados en más de un 20%, reduciendo así la carga forestal. Desde la empresa estamos comprometidos con el ciclo de vida de nuestros productos, tanto en el origen de las materias primas como en el destino de sus residuos generados, consiguiéndoles una segunda vida.

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