Una de las grandes tendencias que están marcando la producción tanto editorial como de packaging es la selección de materiales cada vez más respetuosos con el medio ambiente. Este ecodiseño requiere, en gran medida, de materiales reciclados que reaprovechan soportes ya utilizados y los convierten en aptos para generar nuevos proyectos.

Para empezar, es imprescindible destacar que, para considerar un papel como reciclado, la pulpa de celulosa usada nunca debe ser virgen, sino que debe proceder de material previamente usado. En función de la procedencia y su aplicación final, será necesario realizar más o menos tratamientos, según el grado de limpieza que se necesite para el papel reciclado resultante.

Procedencia de la fibra: antes o después del consumo

Teniendo en cuenta esta consideración, podemos dividirlo en dos grandes categorías en función del origen de la pasta de papel: pre-consumer waste (también llamado post-industrial wastepost-consumer waste; es decir, antes de consumo o después del mismo, correspondientemente. En la primera de estas opciones, proviene de un material que, pese a haber sido fabricado, nunca ha llegado a ser utilizado por el consumidor final. Por ejemplo, entrarían en este grupo las mermas de fabricación, materiales que han salido de producción erróneos en color o acabado, o incluso productos obsoletos que al no tener éxito en la venta se reutilizan.

En cambio, el papel reciclado post-consumer waste tiene el origen de su pasta en los desechos posteriores al consumo, que ya han cumplido su propósito previsto. Así, han pasado por las manos de un consumidor final y han sido descartados para su eliminación o recuperación. Se podría resumir como el que procede del contenedor azul y es el tipo de papel reciclado más demandado por el mercado.

Calidad de la fibra reciclada

El principal problema es que esta fibra reciclada es de baja calidad, ya que contiene pintura, estampados, tinta, etc. y es necesario limpiarla. Además, se encuentra una mezcla de carga, fibras cortas y, con suerte, también fibras largas; así como pasta mecánica procedente de papel kraft o cartón (que contiene más impurezas y no está blanqueada previamente), por lo que es muy difícil saber la calidad de la fibra post-consumer waste.

Por ello, para papeles reciclados que requieren gran calidad y buenas propiedades mecánicas, existe un tipo de pulpa reciclada premium de orígenes seleccionados. Este material habitualmente se recoge de imprentas u oficinas y tiene mayor calidad, ya que no contiene restos de materiales poco tratados previamente (como el kraft o el cartón) o de procesos que añaden suciedad al papel como plastificados, estampados, etc. Los papeles reciclados de Guarro Casas se fabrican con pulpa reciclada premium de orígenes seleccionados para garantizar los mejores resultados de manipulación en los proyectos editoriales y de packaging.

Siete vidas del papel

Independientemente de su origen, las fibras de celulosa solo se pueden usar como máximo siete veces. Por ello, la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (ASPAPEL) establece que, como media, pueden ser reutilizadas unas seis veces. El total de reutilizaciones también dependerá del tipo del que se traten, ya que las fibras cortas van de 1 a 3 mm de longitud, mientras que las largas se mueven entre los 3 y 7 mm, y ambas reducen su tamaño en cada uso.

Pero el problema se produce por el hecho que, al adquirir la pasta reciclada, no es posible saber cuántas veces se ha reciclado previamente, ni si proviene de un papel de fibra larga de gran calidad usado para un proyecto editorial o de una revista que permitirá más usos, o de papel estucado de baja calidad.

En cambio, lo que sí está claro es que el reciclado del papel alarga la vida de nuestros árboles. Aunque las fibras proceden de cultivos FSC, es decir, plantaciones que tienen como único fin la producción de este material y que evitan la deforestación de los bosques naturales, sin el reciclaje sería imposible mantener el ritmo de producción sin deforestar. Por ello es imprescindible recuperar el papel y reconvertirlo en nuevas producciones.

Tratamiento blanqueante

Pero para usar la pasta reciclada, especialmente la que proviene de papel con un uso previo, es necesario tratar todos esos restos para que recuperen el máximo grado de pureza posible. Así, siempre se deberá aplicar un blanqueante óptico si se quiere conseguir un papel lo más blanco posible y que después sea más fácil de tratarlo para conseguir la nueva producción. En este sentido, cabe destacar que el material nunca queda al 100% de blancura, pues es prácticamente imposible eliminar la totalidad de restos existentes.

Pese a ello, el papel reciclado siempre es diferente, ya que depende de los componentes y restos de color de la pasta de origen. Uno de los hándicaps de este material es que el nivel de resto con los que cuenta es incontrolable, ya que depende en cada caso de la procedencia concreta de la pasta, pero siempre se garantizan unas características técnicas estables (es decir, que todas las producciones cuenten con la misma resistencia o el mismo color, entre otros).

Respecto al color, se puede ofrecer toda la gama habitual, pero dentro de los límites que establece el material de base. Por ejemplo, en el caso de los blancos, la pulpa no permite llegar a determinados grados de luminosidad (relativo al espacio CIELAB) que sí se consiguen con fibras vírgenes.

Lo que queda claro es que el papel reciclado es necesario para seguir haciendo sostenible la producción y cuidar nuestro planeta y el medio ambiente, y que se encuentra entre una de las tendencias en alza y, en muchas ocasiones, casi requerida por la industria. Teniendo en cuenta estos factores, en Guarro Casas seguimos investigando para ofrecer las mejores soluciones en materiales reciclados para mantener la mayor calidad y conseguir los mejores resultados en los proyectos más exigentes.

Calidad y uso del papel reciclado

Pero, además de todo lo explicado hasta ahora, hay papeles con diferentes porcentajes de reciclado. El mercado por lo general no acepta menos de 40% en la composición, porque países como Estados Unidos demandan que el packaging de todos los productos contengan esta cantidad mínimo en post-consumer waste. Así, por ejemplo, en Guarro Casas fabricamos desde papeles al 50% de reciclado hasta el 100%.

Por otro lado, este porcentaje de reciclado no solamente responde a legislaciones concretas. Del mismo modo que el tipo de fibra define la funcionalidad del papel, el grado de composición que el material tenga de fibras recicladas marca el uso que se podrá hacer. Así, un papel con 50% de fibras recicladas y la otra mitad de fibra larga tendrá una resistencia similar, por ejemplo, a un Geltex (es decir, superior a la de un soporte con la mitad de fibra corta o incluso con un 100% de fibra corta). Y, evidentemente, muy superior a un papel 100% de fibra reciclada post-consumer waste.

Con ello, la resistencia a tratamientos posteriores y superficiales de un papel hecho en su totalidad de pasta reciclada puede ser suficiente (por ejemplo, para aplicar gofrados, pintados o barnizados). En el caso de la resistencia mecánica, apreciable en casos de libros, tensiones de máquina o el juego de bisagra de un cofre, un papel 100% reciclado no ofrece la calidad suficiente de durabilidad en el tiempo.

Así, podemos resumir que, para trabajos de libros, es posible usar un papel reciclado en su totalidad para la tripa del libro; pero si queremos garantizar el uso en el tiempo, tanto para guardas como para cubiertas, será necesario escoger un papel 50% reciclado, o cualquier otro porcentaje pero que garantice sus propiedades mecánicas.

Marca

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