Tratamiento del papel
Cuando el material sale de los cilindros de secado, empieza el proceso de tratamiento del papel. La Size Press es un módulo opcional de la máquina que permite aplicarle tratamientos superficiales al material, que pueden ir desde un tratamiento anti huellas a sustancias protectoras que cambiarían el aspecto del papel (aunque estos procesos de cambio se realizan en otras zonas y máquinas de la fábrica). Para lograr esta aplicación, la Size Press está formada por un gran rodillo por el que circula el material y unos chorros en la parte superior aplican el tratamiento.
De forma complementaria, muchas fábricas aprovechan esta herramienta para aplicar color. En Guarro Casas, en cambio, al tratarse de papeles premium de calidad, añadimos la tonalidad deseada a través de tintado en masa, tal y como hemos explicado anteriormente. De este modo, su resistencia es mucho mayor, así como la uniformidad del color.
En cambio, aplicamos el tratamiento anti-huellas al material, que le confiere mejor acabado. Así, ante su manipulación repetida una vez se trabaja en editorial o packaging, no pierde sus características estéticas óptimas.
Hay que tener en cuenta que, cada vez que se moja el material, debe secarse de nuevo para continuar con el proceso. Tras salir de la Size Press, el papel vuelve a pasar por unos rodillos secantes, pero mucho más cortos que los primeros.
Control de calidad
Una vez llegamos a este punto del proceso entra en juego el Mesurex, un sensor que lee el material en continuo y mide todas sus características (el color, el gramaje, el grosor, etc.). El papel no es exacto y, como decimos en Guarro Casas, está vivo. De hecho, incluso el árbol del que procede la celulosa puede alterar cómo las fibras absorberán los pigmentos, entre otros parámetros. Durante su producción pueden afectarlo muchos factores y un control continuo y la consiguiente actuación es lo que garantiza la uniformidad y calidad.
Aunque se intenta que el papel sea perfecto al milímetro, se juega en base a una tolerancia, un margen de variación aceptable que, visualmente, es casi imperceptible a simple vista. Para asegurar que el cambio sea mínimo y toda la producción es lo más homogénea posible, el Mesurex registra estos cambios y modifica los valores que sean necesarios para compensar el resto de papel que se está fabricando.
A modo de ejemplo, si en una producción el amarillo debe estar a 25 puntos y la máquina detecta que está subiendo poco a poco, compensará el cambio para regularlo de nuevo a 25 en los siguientes metros de papel. Por ello, gracias a esta función, esta herramienta funciona como un control de calidad que asegura que el material resultante tiene las mejores características mecánicas y estéticas, y un buen acabado final.
Alisado final
Finalmente, la tira de papel llega a dos rodillos que calandran el material, es decir, lo alisan mediante presión. Este paso opcional es necesario si se pretende fabricar un papel lo más liso posible, ya que las bayetas que previamente le quitan humedad también le transfieren textura. Para hacernos una idea clara sobre el tacto del cual hablamos, simplemente tenemos que pensar en la textura de un papel de acuarela.
Una vez finalizado este proceso, el material ya está terminado para poder aplicarse en todo tipo de proyectos editoriales y de packaging. Para su comercialización, el papel se enrolla y se corta en los formatos de venta más habituales, que suelen ser rollos de 100 metros o folios de medidas estándar.